sábado, 1 de julio de 2017

TESTIGO

            Elijo la película por el actor y, a pesar de haber sido estrenada diez días antes, ya sólo la puedo ver en la sesión de la noche en los Cines Balmes en versión original. ¡Mejor! Película interesante, sin ser nada del otro mundo, porque el personaje principal se ve inmerso en una serie de problemas y no tiene ninguna preparación para poder salir bien librado de ellos. Un punto para los guionistas.
            Un contable con un cierto toque obsesivo (¿es que se puede ser de otra manera?) pierde su trabajo. Dos años después se recupera de su adicción al alcohol y, a través de un viejo conocido, consigue un trabajo sencillo y muy bien pagado: transcribir unas grabaciones en cinta a papel mediante una máquina de escribir con un sueldo de 1.500 euros a la semana. Le imponen ciertas normas de horario y conducta, pero él se adecua a ellas. Lo que no sabe, todavía, es que el contenido de las cintas va a ocasionarle muchos problemas.




Dirección: Thomas Kruithof                                               Fotografía: Alex Lamarque
Guion: Thomas Kruithof, Yann Gozlan                              Montaje: Jean-Baptiste Beuadoin
Música: Gregoire Auger
Actores: François Cluzet, Denis Poladylès, Sami Bouajila, Simon Abkarian

(2016; 91’; **; 29)


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