domingo, 14 de enero de 2018

EL INSTANTE MAS OSCURO

Otra vez El País me invita al preestreno de una película, pero esta vez “Otra vez” quiere decir que vuelvo a ver una película sobre Winston Churchill y, si contamos Dunkerke, me parece a mí que hay algún interés (que no concibo por ignorancia) en que tengamos presente a Churchill y que no olvidemos la Segunda Guerra Mundial. Gracias a mi mala memoria estoy vacunado contra los mensajes subliminares, pero tengo malos pensamientos y esos me dicen que hay algo detrás.
Después de esa digresión voy a lo visualmente importante: la película, la actuación, el tono y los entresijos del poder. Esto último siempre me gusta, pues verdadero o falso, demuestra que nada es fácil y que nadie es poderoso por sí mismo, sino que siempre necesitas apoyos y siempre hay alguien que no quiere que estés ahí o, peor todavía, quiere estar él en tu lugar.
Al contrario que en la anterior de Churchill, en esta el gritón de él se muestra al principio y luego sólo está el enfurruñado, pero porque tiene clara su posición y no le es fácil conseguirla, es decir, el tono es otro; la película, filmada con una iluminación que provoca, mayoritariamente, claroscuros ofrece tensión y la puesta en escena es muy buena; y la guinda: la actuación de Gary Oldman es de arrasar con todos los premios que se pongan a su alcance dada la imagen tan convincente que ofrece de Churchill, pero sobre todo de la cara, pues los planos son cortos o medios cuando habla. Obviamente, de visión imprescindible.




Dirección: Joe Wright                                                           Fotografía: Bruno Delbonnel
Guion: Anthony McCarten                                                    Montaje: Valerio Bonelli
Música: Dario Marianelli
Actores: Gary Oldman, Kristin Scott Thomas, Ben Mendelsohn, Lily James, Ronald Pickup

(2017; 126’; ***; 2)


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