Hace ya un año que creé este blog para este fin, pero no
me decidí a dotarlo de entradas.
Una lectura de una crítica sobre la tercera película que
he visto me lo ha hecho replantear: estoy a la altura de las malas críticas de
tipo personal, totalmente convencido, y el que no se lo crea tiene más de
cuatrocientas entradas de ese tipo en mi blog Autobiografía lectora. Queda
dicho.
Primera película que veo este año y que ya vi a finales
del pasado, la primera con Anna, esta con Marisol (que no se atrevió en primera
instancia y no fue porque creyera que la historia no estaría a la altura
oportuna).
Me gusta la aventura de Philippe Petit. Desde que me
enteré, muchos años después de sucedida siempre me ha parecido algo muy
romántico y que el enorme riesgo que corrió lo vuelve más inalcanzable, más
etéreo, como si fuera un cuento que nos hubieran contado siendo pequeños y que
nosotros vamos traspasando de generación en generación. Pero no, fue un hecho
real: un hombre estuvo más de cuarenta y cinco minutos caminando sobre un cable
tendido entre las dos Torres Gemelas en Nueva York. He dicho caminando, pero se
sentó, se echó… hizo lo que quiso y que nadie había hecho antes ni podrá hacer
nunca más en ese lugar.
Ya había visto el documental que ganó el Oscar, y a Petit
haciendo equilibrios con él en su barbilla, por lo que esta película tenía
muchas ganas de verla y más siendo en 3D (¿para cuándo diremos 4D?, ¿o es que
el tiempo no es una dimensión?). No es este 3D tan impresionante como el de Gravity, pero vale la pena verla así.
Dirección: Robert Zemeckis Fotografía: Darius Wolski
Guión: Robert Zemeckis Montaje: Jeremiah O’Driscoll
Música: Alan Silvestri
Actores: Joseph Gordon-Lewitt,
Ben Kingsley, Charlotte Le Bon, Clément Sibony
(2015; 123’; ***;1)

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