De haber sabido de lo que iba la película posiblemente no
la hubiera ido a ver, pero el no saberlo y tener el plantel de actores que
tiene y quién es el director no me lo hizo dudar. Como ya es habitual en las
películas de Hollywood de un tiempo a esta parte, esta también está basada en
hechos reales. ¡La imaginación al poder! Eso es lo que se decía poco antes de
que sucedieran los hechos guionizados y, a pesar de que era adolescente, fue
tan sonado que hasta yo me enteré y lo recordaba. Ni por todo el dinero del
mundo vale la pena vivir ese tipo de vida.
Jean Paul Getty era uno de los hombres más ricos de los
años setenta y, según la película, el más tacaño de todos. Su nieto, con
idénticas iniciales pero con el cardinal III, vivía en Roma cuando fue
secuestrado. Pidieron un rescate por él, pero como era un buena pieza hasta
llegaron a creer que había sido una broma de mal gusto. El caso es que era un
secuestro de verdad, pero el abuelo no estaba dispuesto a soltar un dólar por
él. A los secuestradores no les quedó más remedio que enviar una prueba de que
estaba en su poder. No creo que nadie de mi generación no recuerde en qué
consistió dicha prueba.
Dirección: Ridley Scott Fotografía:
Dariusz Wolski
Guion: David Scarpa, John Pearson Montaje: Claire
Simpson
Música: Daniel Pemberton
Actores: Michelle Williams, Christopher Plummer, Mark
Wahlberg, Romain Duris
(2018; 133’; ***; 9)

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