La he visto muchas veces, me río cada vez que la veo y
con esta hemos despedido la Semana Santa más cinéfila que recuerdo. La primera
vez que la vi era muy joven; me costó mucho conseguir la película en VHS, se la
presté a un familiar y grabaron sobre ella; no me desanimé y en menos tiempo
adquirí el DVD. Con ello quiero decir que, aunque no sea una extraordinaria
película, tiene las suficientes escenas cómicas que no te esperas y que te hacen
reír; en resumen, si hablamos de comedia disparatada es caballo ganador.
Steve
Martin es un ejecutivo de publicidad que espera pasar el día de acción de
gracias con su familia, pero está en Nueva York esperando que se tome una
decisión sobre una campaña y teme que no llegará a tiempo de coger el vuelo
previsto. Cuando sale de la reunión el siguiente problema es conseguir un taxi,
cosa que no hace a la primera. Llegado al aeropuerto se entera de que por el mal
tiempo el vuelo ha sido retrasado y allí conocerá al que será su sombra durante
toda la película: John Candy. Para quien no conozca a este actor añadiré que su
peso habitual era de 136 kilos: ¿te lo imaginas sentado a tu lado en un asiento
de avión? Steve Martin no se lo podía creer… y eso solo era el comienzo.
Dirección: John Hughes Fotografía:
Donald Peterman
Guion: John Hughes
Montaje: Paul Hirsch Música:
Ira Newborn
Actores: Steve Martin, John
Candy, Laila Robins, Charles Tyner, Dylan Baker
(1988; 93’; **; 26)

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