Con la fama que tiene esta película y aún no la habíamos visto ninguno de los dos. Reconocer a los actores cuesta, pues no han pasado cuarenta años en vano, y es lo que hemos estado haciendo durante la primera hora de la película porque no parece que vaya a pasar nada, porque no ha pasado nada durante todo ese tiempo, hasta que, de pronto, todo se dispara y ya nada es como antes.
El blanco de la izquierda es el propietario de una pizzería
en un barrio de negros, en el que malvive el negro de la derecha que trabaja a
tiempo parcial para el blanco. Necesita trabajar más horas porque la madre de
su hijo no deja de insistirle en que le pase la pensión. Hay un negro radiando
desde una emisora a pie de calle; otros tres negros ya jubilados, o que no
tienen nada que hacer, se pasan toda la película diciendo lo que harían y que no
van a hacer; y otro negro de tamaño mucho mayor que todos los que han aparecido
va con un radio-casete enorme, muy grande, todo el día con un volumen
ensordecedor.
Con estos mimbres Spike Lee te termina dejando clavado en
el asiento. Lamentablemente han pasado cuarenta años totalmente en vano. La
película es de una actualidad rabiosa, lamentablemente.
Dirección: Spike Lee
Fotografía:
Ernest R. Dickerson
Guion: Spike
Lee
Montaje: Barry A. Brown
Música: Bill Lee
Actores: Danny Aiello, Ossie
Davis, Ruby Dee, Richard Edson, Giancarlo Esposito, Spike Lee
Plataforma: Filmin
(1989; 120’; ***; 48)

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