Estamos de vacaciones y podemos dejar de lado las series, aunque sea por un tiempo, y ver una película cada noche; de ahí que esta sea la tercera de una, bastante larga, serie. Hacía tiempo que no veíamos tantas seguidas. Esta película, de casi un cuarto de siglo, nos permite ver los rostros de unos actores que casi, si siguen vivos, ya no reconocemos de jóvenes que están. La historia que cuenta la película es dramática, de ese dramatismo que, creo, se da mayormente en Estados Unidos: en ciudades, más o menos pequeñas, donde todo el mundo se conoce y, si las cosas no te han ido bien a lo largo de tu vida, no tienes manera de salir de esa posición en la que se te ha colocado y, sobre todo, tú mismo ya has aceptado.
El Wade Whithouse que se menciona en el cartel es el de
la izquierda de la imagen y, el de la derecha, su padre. Ya se puede ver que no
hacen grandes migas: el padre, a pesar de su edad, es un hombre violento, como
lo fue desde que era joven. Tenía atemorizados a sus dos hijos y a su esposa.
Wade, divorciado, es un ayudante de la comisaría, pero quiere hacer las cosas
bien, aunque, a su pesar, ni siquiera su hija pequeña quiere estar con él, pues
prefiere estar con su madre. En la misma comisaría trabaja un joven, amigo de
Wade, que acompaña a forasteros a cazar alces y, la última vez, ha habido un
accidente lamentable. A Wade le parece sospechosa la actitud del joven. Sobresalientes actuaciones de Nolte (pone nervioso su pasividad cuando no está colérico) y Coburn (este no es pasivo nunca y, cuando está colérico da miedo).
Dirección: Paul Schrader
Fotografía:
Paul Sarossy
Guion: Paul Schrader
Montaje: Jay Rabinowitz
Música:
Michael Brook
Actores: Nick Nolte, James Coburn,
Sissy Spacek, William Dafoe, Brigid Tierney, Holmes Osborne
Plataforma: Filmin
(1997; 114’; **; 63)

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