La primera de estas series fue una de las dos razones por las que quise darnos de alta en esta plataforma a principios del pasado año. Como a Marisol no le interesó la serie la fui viendo a razón de un capítulo al mes, pues la veía de madrugada. Pero la acabé y, cuando iba a iniciar la segunda, Marisol se añadió… y la vimos cenando y todos los capítulos seguidos. A ella también le gustó mucho. Para que conste.
Sorrentino, autor de La gran belleza, nos vuelve a
deslumbrar con esta historia tan transgresora ambientada en un Vaticano de
película, y lo defino así porque no es el real, pero no puedes decir que no lo
parezca. En la primera serie, un Papa joven es elegido, pero es el más singular
de todos los habidos. Sus ideas, que se podrían resumir en “no hacer nada”,
buscan que sean los fieles los que se acerquen a la Iglesia y no tener que ir a
buscarlos. Los cardenales no dan crédito a lo que están viviendo.
La segunda es una vuelta de tuerca más: encuentran a otro
cardenal tan raro como el anterior, pero en otro estilo. Los personajes que
envuelven a ambos también son realmente curiosos. Las dos series son preciosistas,
de una factura extremadamente cuidada, con muy buenas actuaciones y unas
presentaciones y finales de capítulos (esto en la segunda) muy sorprendentes. Muy
interesantes ambas.
Dirección: Paolo Sorrentino
Fotografía:
Luca Bigazzi
Guion: Peppe Fiore, Paolo Sorrentino – Stefano Bises, Umberto Contarello,
Paolo Sorrentino
Montaje: Cristiano Travaglioli
Música: Lele
Marchitelli, Bruno Bavota
Actores: Jude Law, Silvio
Orlando, Javier Cámara, Ludivine Sagnier + Diane Keaton – John Malkovich
Plataforma: HBO
(2016 - 2020; 10 x 50’ + 9 x 45‘; ***; 80)


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