Cuando fue estrenada esta película, y sin conocer de qué iba, me dio la espina de que no me apetecía verla. Pero vuelve a pasar por delante de mí y Marisol me sugiere ir a verla. No ha sido una mala decisión, sino todo lo contrario, pero mi sospecha era cierta en que a mí no me interesaba verla. A pesar de mi instinto, debería ser obligatorio verla en todos los colegios a partir de los doce o trece años y, como ciertas vacunas, repetir su visión cada dos años. En resumen, si no la has visto vale la pena, pues es muy buena y, aunque Cinemanía dice que es “Una celebración de la vida y el amor” (que yo no he apreciado) es un canto a no excederse con ningún tipo de droga, aunque esta sea legal.
El hombre del cartel comienza la película muy desanimado,
pues en sus clases nadie le presta atención y en casa las cosas no le van
mejor. Un día bebe alcohol antes de ir a trabajar y se encuentra con más humor
para afrontar la clase y enfrentarse a sus alumnos. Tiene tres amigos, todos
ellos profesores en el mismo instituto, y uno de ellos les comenta que hay un filósofo/psiquiatra
que sostiene que en el nacimiento tenemos una tasa de alcohol en el cuerpo de
0,5 y que, de mantenerla, seríamos mucho más felices y efectivos. Los cuatro
amigos deciden llevar a la práctica el tener esa tasa desde primera hora de la
mañana y llevar un diario de cómo van mejorando gracias a ello. Oscar 2021.
Dirección: Thomas Vinterberg
Fotografía:
Sturla B. Grovlen
Guion: Thomas Vinterbeg, Tobias Lindholm
Montaje: Janus B. Jansen, Anne Osterud
Música:
Scarlet Pleasure
Actores: Mads Mikkelsen, Thomas
B. Larsen, Magnus Millang, Lars Ranthe, Maria Bonnevie, Susse Wold
Plataforma: cine
(2020; 117’; ***; 87)

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