Cuando vimos el anuncio en el cine de esta película pensé que no me interesaba verla, pero como a Marisol le apetecía la acompañé y, como no podía ser menos y lo que menos me esperaba, era que estuviera basada en hechos reales: ¡adiós imaginación, hasta más ver!
No obstante, y como tantas otras veces antes, resulta que
la película está muy bien, que la historia es interesante y, como guinda,
Cumberbatch es clavado a la persona de la cual es el intérprete.
Y esa persona, apacible comerciante que iba a Rusia a
ofrecer sus productos, fue requerida para que llevara documentación de un lado
al otro, pues ya era conocido y nadie sospechaba de él. Así se fue tejiendo una
red que consiguió hasta llevar funcionarios rusos y empresarios a Inglaterra a
fin de poder pasar más fácilmente información. Este comerciante, que nunca
hubiera creído llegar a ser espía, lo termina siendo a espaldas de su familia,
lo que le hace parecer algo que no es.
La historia no será original, es decir, creada ex
profeso, pero la película vale la pena verla.
Dirección: Dominic Cooke
Fotografía:
Sean Bobbitt
Guion: Tom O’Connor
Montaje: Tariq Anwar, Gareth C. Scales
Música:
Abel Korzeniowski
Actores: Bendict Cumberbatch, Merab Ninidze,
Rachel Brosnahan, Jessie Buckley, Fred Haig, Keir Hills
Plataforma: cine
(2020; 112’; ***; 94)
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