Con esta serie hemos llegado a las cien películas o series vistas en el pasado año: ¡casi dos a la semana! Parece imposible, pues en casa solo veo la televisión mientras cenamos y en 2021 no fuimos al cine tanto como acostumbrábamos, pero ese el guarismo que cierra el año.
Y esta es la la última serie vista: siete temporadas y treinta y
tres capítulos, de los cuales yo tuve bastante con el primero, y no porque sea
mala, sino porque empiezo a tener ciertos cupos llenos, en concreto, el de
detectives.
El joven, aparentemente malcarado, está comenzando en la
policía de Oxford y, para desespero de algunos de sus compañeros, es un tipo
inteligente, por lo que siempre le da alguna vuelta más a lo que se trae entre
manos y consigue resultados que los demás no logran.
Es un melómano apasionado por la ópera, por lo que de la
música solo puedo hablar bien; la puesta en escena es buena, así como el
ambiente general que respira la serie: entonces ¿qué falla? El final, que es
del tipo Agatha Christie, es decir, estoy más de una hora desarrollando una
historia, aparentemente sin llegar a sacar conclusiones, pero en los últimos
diez minutos lo resuelto todo y de carrerilla. Por lo menos, ese fue el final
del primer capítulo.
Con
independencia de que no quiera seguir viéndola, aconsejo a que cada uno saque
sus propias conclusiones, pues la serie no es mala.
Dirección: Shaun Evans, Colm McCarthy, Geoffrey Sax
Fotografía: Simon Archer, Rasmus Arrildt
Guion: Russell
Lewis
Montaje: Anthony Combes, Mark Davis, Yan Miles
Música: Matthew Slater, Barrington Pheloung
Actores: Shaun Evans, Roger Allam, James
Bradshaw, Sean Rigby, Anton Lesser, Caroline O’Neill
Plataforma: Filmin
(2012-2021; 33 x 89’; **; 100)
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