Oír oeste junto al título de esta película no hacían que me apeteciera mucho verla, ni siquiera por sus doce nominaciones a los Oscar, que son muchas. Pero el tenerla en la punta del mando en una de las plataformas (al final tendremos que agradecerles que hayan cambiado el cine por la inmediatez y la comodidad, aunque los echo de menos) hizo que ni Marisol ni yo dudáramos en verla y, a pesar de que gustará a menos que a más, es una película muy buena y con actuaciones estupendas.
Esta película transcurre en un oeste tan alejado del
oeste que yo tengo en la memoria que podrían ahorrarse el etiquetarla de esta
manera pues, al fin y al cabo, los hermanos protagonistas tienen un rancho con
reses y viven de su crianza. El que aparece en el cartel es el mandamás,
bocazas, macho de guion; pero el otro hermano, vestido de forma acicalada,
parece ser el que dirige el negocio. Ambos están muy unidos, pues cuando llevan
el ganado de un lugar a otro duermen en la misma habitación, pero en un pueblo
conocen a una hostelera que tiene un hijo adolescente y eso hará que cambie la
relación entre ellos.
La película puede resumirse en que no pasa nada en ella,
pero a lo largo de toda ella parece que vaya a suceder algo que trastoque el statu
quo, lo que hace que la historia no deje de interesar en ningún momento al
espectador. La música es muy especial, pero buena y acompaña magistralmente a
lo que sucede. De las doce nominaciones solo ganó la de Mejor director, lo que
es poco, pero seguramente la más merecida. Para corroborar lo último aconsejo
ver el corto de cómo se rodaron algunas escenas, toda una lección de cine, que dura muy poco.
Dirección: Jane Campion
Fotografía:
Ari Wegner
Guion: Jane Campion
Montaje: Peter Sciberras
Música:
Jonny Greenwood
Actores: Benedict Cumberbatch,
Kirsten Dunst, Jesse Plemons, Kodi Smit-McPhee, Geneviève Lemon
Plataforma: Netflix
(2021; 126’; ***; 17)

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