domingo, 17 de abril de 2022

OLIVER!

Cuando tuve ocasión de ver por vez primera esta película no me gustaban los musicales y, además, la escena del niño yendo a pedir más comida me parecía tan desagradable que hacía que me apeteciera menos. Por el contrario, hace ya muchos años que un amigo me preguntó qué genero cinematográfico me gustaba más y, después de pensarlo, contesté que los musicales, aunque a Marisol a le pareció que estaba equivocado. Acabamos de ver tres de ellos casi seguidos ¿equivocado?

Esta película es una delicia, a pesar de la sordidez que pudiera entrañar (que no aparece en pantalla) y de la suciedad ficticia y muy calculada: los números musicales son espléndidos y sobresalen los de la vivienda de Fagin en la que los críos, y él mismo, hacen una exhibición de imaginación (la carroza con los caballos es de una precisión inigualable y la dirección de esa escena tuvo que ser igual de precisa).

No he leído la novela de Dickens y, estoy seguro, que la película representa la esencia de la novela y no toda ella, pero si cierro los ojos e imagino que no proviene de él (uno de los autores de los que me sabe mal no leer más a menudo) la película es redonda y no necesita nada más para que, casi sesenta años después, siga deleitando al que la vea. Estuvo nominada a once Oscar y ganó el de mejor película y cinco más, aunque se quedaron sin premio Moody y Wild, que llenan la pantalla con sus apariciones.





Dirección: Carol Reed

Fotografía: Oswald Morris

Guion: Vernon Harris

Montaje: Ralph Kemplen

Música: Lionel Bart

Actores: Ron Moody, Oliver Reed, Harry Secombe, Shani Wallis, Mark Lester, Jack Wild, Hugh Griffith

Plataforma: Filmin

(1968; 153’; ***; 18)



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