Hablaron en La Cultureta que esta película iba a ser dirigida por Steven Spielberg pero cuando le llegó el guion de Sorkin le dijo que la dirigiera él mismo y, a la vista está para el que quiera verla en Netflix, que así se hizo. Sorkin está considerado como uno de los mejores guionistas actuales de televisión y, dato curioso, en sus historias siempre se habla mucho y camina más (por ejemplo, El ala oeste de la Casa Blanca) y, aunque esto es un juicio, logra que no se deje de hablar en toda la película y que se camine bastante. Otro dato curioso de la película es que tiene cuarenta y tres productores ejecutivos (no sé si caminaron mucho, pero estoy seguro de que sí tuvieron que hablar hasta la afonía).
No sabía nada de estos siete de Chicago, pues los
hechos sucedieron en 1968 y era imberbe, pero el plantel de actores y los
comentarios en el programa de radio a favor de la película hicieron que la viéramos
y pasáramos un rato muy entretenidos pues, lejos de lo dramático que quiero
pensar que debió ser para los personajes reales, en la película la historia
está planteada con un tono ligero, sino de humor y, sobre todo, dejando en
evidencia a más de un funcionario. A pesar de que los guiones basados en hechos
reales me repelen, también es un hecho real que más de uno me gusta lo
suficiente como para reconocerlo, sin que estas excepciones confirmen ninguna
regla. En resumen, vale la pena.
Dirección: Aaron Sorkin
Fotografía:
Phedon Papamichael
Guion: Aaron Sorkin
Montaje: Alan Baumgarten
Música:
Daniel Pemberton
Actores: Yahya Abdul-Mateen II, Sacha Baron
Cohen, Danny Flaherty, Joseph Gordon-Levitt, Alex Sharp
(2020; 129’; ***; 61)

La prueba de lo entretenida que resulta es que se hacen cortas las más de 2 horas de metraje. Y qué escondido tras la barba Kendall Roy.
ResponderEliminar¡Qué buena vista!
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