domingo, 7 de marzo de 2021

LA TRINCHERA INFINITA

Empezamos a ver Maridos de Cassavetes y la dejamos correr al cuarto largo de hora: insoportable. Entonces le dije a Marisol que viéramos la película cuyo título encabeza estas líneas porque Lorenzo me había dicho que echaba en falta un comentario sobre la película. Yo le dije que no la quería ver porque estaba cansado de películas sobre guerras y me dijo “que solo eran los diez primeros minutos”. Bueno, según se vea, claro. Es decir, escenas de la guerra solo aparecen al principio, aunque más de diez minutos, pero toda la película es debida a la guerra civil española. Así que hacía bien en no verla, pero si la ves, verás una muy buena película.

Los protagonistas indiscutibles de la misma están en el cartel publicitario: él escondido detrás de ella, ella dando la cara y aguantando el tipo. Así es la película y así fue la vida para algunos españoles que perdieron la guerra y no quisieron perder la vida como estaba mandado… y la perdieron de otra manera. Parece imposible y difícil de creer, pero la capacidad humana de sufrimiento y de adaptarse a las circunstancias hacen posible estas historias extraordinarias. Estuvo nominada a quince Goyas y ganó dos; quizá sea poca recompensa, pero indica el nivel global del trabajo de todo el equipo. Espléndida.





Dirección: Aitor Arregui, Jon Garaño, Jose M. Goenaga

Fotografía: Javier Aguirre

Guion: Luiso Berdejo, Jose M. Goenaga

Montaje: Laurent Dufreche, Raúl López

Música: Pascal Gaigne

Actores: Antonio de la Torre, Belén Cuesta, Vicente Vergara, José M. Poga, Emilio Palacios, Iñigo Núñez

Plataforma: Netflix

(2019; 147’; ***; 11)


 

2 comentarios:

  1. Es que tú como te valga "debido a" alargas mucho el periodo gerracivilista entonces. Por ejemplo las trifulcas en los parlamentos a razón de la memoria histórica, 70 años después, pues también. No los ves... oye, ¡qué buena idea!

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    1. Tienes razón en el entrecomillado, pues no debía obediencia. No me escudaré en la feminización del idioma, pues solo es ignorancia. Hace tiempo que apenas sigo las trifulcas parlamentarias y vivo más ligero. Como siempre, gracias.

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