Si queremos ir a ver una película que pueda gustarnos hemos
de ir al Cine Boliche y ver películas coreanas, ya no nos queda otra, ¡y que
haya suerte! Esta, que la elegí por el cartel, ganó la Palma de Cannes lo cual
quiere decir que es de calidad para los entendidos, que no es mi caso, aunque
en esta ocasión he de reconocer que está muy bien y nos gustó.
Es una comedia negra, más de lo segundo que de comedia,
bien interpretada, con un guion original y que va sorprendiendo ante las
situaciones que se plantean, por no hablar del final. Los efectos especiales,
pues no haré creer que han inundado una ciudad, aunque sí una casa, son
notables y si no son efectos especiales más notable todavía por la cantidad de
agua que llega a caer.
Una familia compuesta por los padres, un hijo y una hija
malvive en un chamizo y hacen cajas para pizzas como medio de vida, lo que no
les da ni para subsistir medianamente bien, por lo que cuando un amigo del hijo
le sugiere que vaya a dar clases de inglés a su novia él acepta inmediatamente.
La casa a la que llega le deja muy impresionado pues es de grandes proporciones,
muy elegante y sus actuales inquilinos son ricos. Cuando vuelve a su casa le
dice a su familia que ha tenido una idea para que todos tengan trabajo.
Dirección: Bong Joon Ho Fotografía:
Kyung-pyo Hong
Guion: Bong Joon Ho
Montaje: Jinmo Yang Música:
Jaeil Jung
Actores: Kang-ho Song, Woo-sik
Choi, So-dam Park, Sun-kyun Lee, Yeo-jeong Jo
(2019; 132’; ***; 46)

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