El País tiene la gentileza de invitarme a ver este
preestreno “por mi participación en sus concursos”; es decir que, aunque no
participe ellos se acuerdan de mí y me premian y, de paso, me endilgan (no
tienen la culpa) este bodrio, el cual dejé de verlo pasada una hora (tendría
que haberlo hecho treinta minutos antes). Dicho esto, voy a ver en internet de
qué va la película pues, aunque solo hace dos semanas que la vi, mi maravillosa
memoria la ha obviado merecidamente.
¡Vaya sorpresa! Como los títulos de crédito salen al
final de la película ni me enteré que la dirige Brian De Palma. Bueno, nunca ha
sido uno de mis directores favoritos y, ahora, pasará a estar en otra categoría;
aunque realmente la culpa la tiene el guionista que me ahorro de mencionar.
Cuando salí del cine tuve la impresión, confirmada ahora, de que era una
coproducción y me acordé de los años setenta en los que era habitual este tipo
de películas con el mismo resultado, mayoritariamente, que la comentada.
Bien, el rollo (primero de la película) va de lo
siguiente: una pareja de policías (me abstengo de describirlos, pues me parece
una pérdida de tiempo y el que quiera hacerlo puede ver la película) tiene un
desafortunado encuentro con un delincuente y ninguno de los dos sale bien
parado del mismo. A partir de aquí, uno de ellos y su jefa investigan qué ha
sucedido y me fui... demasiado tarde.
Dirección: Brian De Palma Fotografía:
José L. Alcaine
Guion: Peter Skavlan
Montaje: Bill Pankow Música:
Pino Donaggio
Actores: Nicolaj Coster-Waldau, Carice van Houten,
Guy Pearce, Soren Malling
(2019; 89’; *; 8)

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