El País me regala un par de entradas para ir a ver esta película y a mí, que no me gustan las basadas en hechos reales, Konchalovsky me presenta, en blanco y negro, una estupenda película de unos hechos acaecidos en los sesenta. En resumen, una cosa es preferir no enterarte y otra es que lo que estés viendo no sea bueno. Esta es muy buena y en Venecia se llevó el premio del Jurado y el de mejor película.
Los hechos que plasman las imágenes son una huelga de una
fábrica en un pequeño pueblo de la gran Rusia. Las autoridades consideran que
no debe ser conocido por nadie el que una fábrica comunista se muestre
contraria a las órdenes que emanan del partido. En medio de ello, una mujer,
comunista convencida y rígida, se entera de que entre los huelguistas estaba su
hija y, a la vista de lo que ha sucedido y que no cuento, empieza a buscarla, a pesar de lo que puede representar para ella el que no denuncie que su hija estaba en
la manifestación y, a su vez, si la encuentran las autoridades lo que le pueda
pasar, pues las órdenes eran claras: allí no había habido una huelga. Todo un
regalo de película.
Dirección: Andrei Konchalovsky
Fotografía:
Andrey Naydenov
Guion: Elena Kiseleva, Andrei Konchalovsky
Montaje: Karolina Maciejewska, Sergey Taraskin
Música:
-
Actores: Yuliya Vysotskaya,
Vladislav Komarov, Andrey Gusev, Yuliya Burova, Sergei Erlish, Yuri Grishin
Plataforma: cine
(2020; 121’; ***; 58)

No hay comentarios:
Publicar un comentario