Esto es una excepción, pero merece la pena, de ahí que la
mencione: es una serie de Netflix de siete capítulos. El formato de muchas de
las series actuales va desde capítulos de cincuenta minutos hasta los que
sobrepasan la hora y, la mayoría, no tienen una duración fija; es decir, son
capítulos que podrían ser medias películas, lo que para una cena no está mal.
Pero no es por eso que esta serie merece verse, obviamente, sino porque da una
visión de la India que, para mí y supongo para más de uno, no se espera, a la
vez que la historia está bien argumentada, interpretada y resuelta.
Aunque la acción principal sucede en Delhi también hay
momentos en que aparecen zonas rurales y en ningún momento se ven las famosas y
famélicas vacas paseando en medio de la ciudad, ni tampoco se ven intocables;
pero ello no es óbice para que se vea una sociedad que a duras penas puede
cubrir los gastos que tiene que soportar una ciudad de diecisiete millones de
habitantes y que, si la ficción remeda la realidad, el cuerpo de policía
funciona a base de favores y de jornadas extenuantes. Lo dejo aquí para que aún
haya algo que descubrir en la serie.
La trama: dos jóvenes has sido atracados y golpeados en
un autobús y luego los han lanzado al arcén. Cuando la policía descubre de
madrugada los dos cuerpos avisan a la jefa del distrito que, sin tener en
cuenta la hora, decide presentarse en la comisaría y empezar la investigación.
Esto solo será el punto de partida, pues a partir de este momento se ha de
intentar descubrir a los culpables lo antes posible para que no puedan desaparecer
impunemente.
Dirección: Richie Mehta Fotografía:
Johan H. Aidt
Guion: Laurence Bowen, Toby Bruce
Montaje: Beverly Mills Música:
Andrew Lockington
Actores: Shefali Shah, Rajesh
Tailang, Rasika Dugal, Anurag Arora, Jaya Bhattacharya
(2019; 87’; ***; 19)

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