Tal y como anunciaba hace tres años y medio, al fin he visto completa esta película y, he de confesar que en su momento debió estar muy bien, pero hoy es muy difícil de aguantar en sí misma y si has visto la americana, imposible. En resumen, hay que ver directamente esta última y, si se quiere ver lo que aprendieron los de Hollywood en qué fallaba la original, ver esta jaula, pero solo para aquel que quiera profundizar, porque si lo que quiere es pasárselo bien, solo hay una posibilidad, insisto, y es la de los grillos. Sin comparación posible.
El hijo de una pareja de homosexuales comunica a su padre
que va a casarse con la hija de un político por lo que, aparte de aligerar de
objetos obscenos la decoración de la casa, el que lo cuidó como madre siendo niño
debería irse unos días, pues los padres de su novia llegarán al día siguiente
para conocerse.
Supongo que en 1980 debió ser más divertida que ahora y
que por ello su guion pudo parecer mejor (nominado al Oscar junto al vestuario
y la dirección), pero ni a Marisol ni a mí nos ha convencido, por lo que las
dos secuelas no las verán mis pupilas. Me gustó la música de Morricone.
Dirección: Edouard Molinaro
Fotografía:
Armando Nanuzzi
Guion: Francis Verber, Edouard Molinaro, Marcello Danon, Jean Poiret
Montaje: Monique Isnardon, Robert Isnardon
Música:
Ennio Morricone
Actores: Ugo Tognazzi, Michel Serrault, Claire
Maurier, Remy Laurent, Benny Luke, Carmen Scarpitta
(1980; 97’; *; 50)

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