Esta crónica de urgencia, que se salta catorce películas
o series por comentar que ya he visto, comienza de manera inusual, es decir,
con una imagen en lugar de que esta figure al pie de mi comentario, y el motivo
es claro: mostrar lo que fue la nonagésima tercera entrega de estos premios a
través del, otrora fastuoso, escenario de los mismos. Esta vez se entregaron en
una estación de trenes (bonita, enorme, bien conservada y muy poco aprovechada
en cuanto a imágenes); el escenario pequeño y sin pantalla (¿hablamos de los
premios más importantes del cine?), rodeado de unas mesas de cabaret, pero sin
las señoritas que se le suponen a un lugar así llamado, las plumas que pueden
llevar o los cómicos que aparecen entre número y número; es decir, una fiesta
bien aburrida. Para terminar con el andamio, solo aparecieron imágenes de las “cintas”
premiadas a partir de las nominadas a la animación y en un par de ocasiones
más. ¡Y eso que antes una imagen valía más que mil palabras! Y esta cantidad es
la que más de un premiado utilizó para hacer que hubiera un retraso de quince
minutos de los ciento ochenta previstos. Mi consejo: ahorráoslos, iros a leer,
aunque sea una guía de teléfonos, pues será más entretenida que esta gala.
Como solo he visto una película de las premiadas (considerada
por los culturetas como la que mayores posibilidades tenía y que,
además, no dejaba de sorprender al espectador, y que para mí es mala), paso a
comentar lo que me parece que será a partir de ahora, hasta que no haya otro
golpe de timón, este premio. Condiciones para estar en la parrilla de salida:
ser negro o que tenga que ver con la opresión a esta raza; ser asiático o de
una minoría que no sea hispanoparlante; hacer películas sobre hechos reales o
basados en ellos o en vidas con final luctuoso. Que la película esté bien hecha
o no, puede que se tenga en cuenta, pero no es condición imprescindible. Punto.
Nomadland: película,
directora y actriz: seguro que esta película sobre los norteamericanos que
pierden lo que tienen y se dedican a vagar por su territorio es merecedora de
estos premios, así como la directora asiática, no lo pongo en duda, y menos por
la actriz. (2/6)
El padre: actor y guion
adaptado. Película que relata lo que le sucede a un anciano con Alzheimer
basada en una obra teatral. (2/6)
Mank: producción y
fotografía. La gran favorita (2/10) no convence a los académicos, como tampoco
lo hizo la que intenta recrear (ganó uno de nueve). Me había olvidado de que la
vimos hace meses: https://caleidoscopio-personal.blogspot.com/2021/01/mank.html.
La madre del blues:
maquillaje (para un español) y vestuario (para una nonagenaria) en una película
biográfica sobre una cantante negra. (2/5)
Sound of metal. Trata de
la sordera a la que se ve expuesto un batería y se lleva dos premios: sonido (ya
no están separados efectos de montaje) y montaje. (2/6)
Judas y el Mesías Negro:
obtiene Oscar por la canción y al actor secundario. Historia real sobre un
ladronzuelo al que el FBI obligó a infiltrarse en los Panteras Negras. (2/6)
El juicio de los 7 de
Chicago: también la vimos, pero no lo recordaba. Se va de vacío (0/6), pero
vale la pena verla: https://caleidoscopio-personal.blogspot.com/2020/12/el-juicio-de-los-7-de-chicago.html.
(2021; 195’; *; 27)

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