lunes, 29 de febrero de 2016

OSCAR 2016

            Unas pinceladas de la noche en blanco que paso año tras año, y desde hace muchos, porque me gusta el cine y me gusta ver a la gente del cine, aunque sea a través de una ceremonia que los desvirtúa de cómo pueden ser en el día a día o trabajando, pero que, quizá, los hace más héroes, semidioses o inmortales. Que cada uno escoja.
            Chris Rock fue el presentador de este año y el más barato de vestir: un solo smoking, aunque muy elegante a mi gusto. No estuvo a la altura del espectáculo que todos esperamos, aunque hizo una presentación para que nadie más después de él pudiera hablar del tema del año: el racismo en estos premios. Las dio de cal y de arena, bien, ¿pero eso es espectáculo?, no. Para dejar este tema en este párrafo quiero decir que la actitud de la Academia con tanto presentador de color diferente al de los nominados me pareció cínica, pero allá cada uno.
            Entrando ya en la gala, una innovación que aplaudo: todos los agradecimientos de los premiados salen sobreimpresos mientras se acercan a recoger su premio. Por fin dejaré de saber cómo se llaman sus vecinos, amigos y demás parentela. Y a mayor abundamiento, la Cabalgata de las Walkirias enmudecía a los que se alargaban en sus discursos en el Dolby Theatre, local con una capacidad para tres mil cuatrocientas personas que, año tras año, cuando es enfocado desde el escenario, me deja boquiabierto.
            A lo que han ido todos los que fueron allí: a por los premios. Y estos fueron, entre otros:
·         Mejor película: Spotlight, la he visto y me gustó. Se llevó dos de seis.
·         Mejor director: Alejandro González Iñárritu por El renacido, segundo año consecutivo, tal y como ya hicieron John Ford y Joseph L. Mankiewicz, ¡ahí queda!
·         Mejor actor: Leonardo DiCaprio por El renacido. Por fin se lo dieron y el Dolby en pie.
·         Mejor actriz: Brie Larson por La habitación.
·      Mejor actor de reparto: Mark Rylance por El puente de los espías. Mala suerte para Stallone.
·         Mejor actriz de reparto: Alicia Vikander por La chica danesa.
·         Mejor película animada: Inside out (Del revés). No puede llegar a la mitad, ¡que aburrida! aunque ingeniosa.
·         Mejor guión original: Spotlight.
·        Mejor guión adaptado: La gran apuesta. Para entendidos en economía y, quizá, por eso no ganó los otros cuatro a los que aspiraba.
·        Mejor película de habla no inglesa: El hijo de Saúl (Hungría). No la he visto, pero no es una comedia ligera.
·         Mejor fotografía: Emmanuel Lubezki por El renacido. Ha hecho lo que nadie en ochenta y ocho años: ganar tres estatuillas seguidas.
·         Mejor banda sonora: Ennio Morricone por Los odiosos ocho. Ochenta y siete años por lo que, si no estoy equivocado, es la persona de más edad en ganar un Oscar. Yo confío en llegar a esa edad y saber quién soy, lo del premio lo doy por perdido.
·       En resumen: Mad Max: Furia en la carretera se lleva seis de diez; El renacido tres de doce; y se quedan sin: Brooklyn, Marte, y Star Wars: El despertar de la Fuerza.
            Y de la retransmisión desde Madrid comentar que hubo un invitado de palo, el joven de la izquierda; media invitada ídem, la de la derecha; un “entendido” en moda que era un charlatán insoportable; y dos mejoras: no nos importunaron con las personas que habían ido a verlo en directo al cine y, sobre todo, con las opiniones tuiteras ni sus gráficos. Ojalá no vuelvan a las andadas.
            ¡Hasta el 26-27 de febrero de 2017!






(2016; 3h30’; **;7)


miércoles, 24 de febrero de 2016

EL ANGEL EXTERMINADOR

            Hace meses que había comprado esta película pues, a pesar de que he visto algunas películas de Buñuel, esta aún no había conseguido verla. Así que ayer, sin saber que era el aniversario del nacimiento de Buñuel, tuve la ocasión y no la dejé pasar.
            Sabía algo de la historia: una reunión de amigos para cenar en casa de uno de ellos y acabada la misma nadie se atreve a salir del salón en el que se encuentran. Eso es lo que sabía y esa podría ser la sinopsis en dos líneas. Obviamente, a lo largo de la película vamos viendo las maneras de ser de cada uno de los invitados, pero el porqué de tan extraño comportamiento no se explican, ni se lo explican los personajes a sí mismos en la película. Yo tampoco lo intentaré, por algo es surrealismo, creo yo.
            Lo que sí quiero resaltar son unos hechos que, a pesar del surrealismo, no creo coherentes. Por ejemplo: entran todos los invitados en la mansión y no hay nadie para recogerles los abrigos, suben las escaleras y dos camareras que quieren irse de casa salen del escondite pero vuelven inmediatamente… porque los invitados entran en la mansión y no hay nadie para recogerles los abrigos, por lo que suben las escaleras. Otro ejemplo: se acaban de sentar a cenar y la dueña de la casa va a la cocina porque no hay camareros disponibles y se entera de que se han ido todos; el reloj de la pared marca las once y media: ¿a esa hora se ponen a cenar? Tarde parece. Y el último: de la casa nadie sale, pero es que desde la calle nadie entra a pesar de que algunos lo intentan, ¿para qué hay policía en la puerta?
            Comento estos casos no por su importancia en la película, sino porque si ya es difícil entender algo que se escapa al raciocinio, si además hay, aparentemente, errores de guión o de montaje apaga y vámonos.
              En resumen, para seguidores avezados del gran director aragonés que nació un 22 de febrero o amantes del surrealismo. Novatos en cualquiera de ambos casos, abstenerse, o ver El discreto encanto de la burguesía, que es lo mismo pero al revés: unos amigos quieren quedar a cenar y por más que lo intentan no lo consiguen.




Dirección: Luis Buñuel                                                    Fotografía: Gabriel Figueroa
Guión: José Bergamín, Luis Alcoriza, Luis Buñuel                Montaje: Carlos Savage
Música: Raúl Lavista
Actores: Silvia Pinal, Tito Junco, Enrique Rambal, Jacqueline Andere, Augusto Benedico

(1968; 95’; **;6)