Es la primera vez que veo esta película y viéndola me recordaba lugares de Testigo de cargo y Marisol me aclaró que Wilder aprovechó los escenarios de la que ahora comento para ese testigo, rodada unos cuantos años más tarde, lo que indica que en los estudios se guarda todo aquello que puede volver a utilizarse. En el comentario de la siguiente película volveremos a esto.
En el cartel tenemos a los tres protagonistas
principales: el personaje de la Dietrich era una simpatizante de los gerifaltes
nazis (o de lo que hiciera falta para sobrevivir) que, acabada la guerra, se
dedica a cabaretera (buenas las tres canciones que canta con significado en la trama)
y a dejarse cuidar por un capitán americano, que es el sujeto que aparece abajo
a la izquierda. La otra señorita, aunque no lo parece, es una estricta delegada
de la cámara de representantes que va a observar cómo se desenvuelven los
miembros del ejército de los Estados Unidos. Todo va bien, pues el coronel que
los recibe siempre les oculta lo que no deben ver, pero ella descubre que la
Dietrich está saliendo con un oficial del ejército y está dispuesta a
desenmascararlo. El coronel le encarga al capitán que haga lo imposible para
que no pueda descubrirlo.
Película menor de Wilder, es decir buena a secas saliendo
de su cámara, pero en la que se tiene el gusto de oír cantar tres canciones a Marlene
con su ronca voz y seca interpretación y, hablando de interpretación, la de
Jean Arthur que hacía unos años que se había retirado.
Dirección: Billy Wilder
Fotografía:
Charles Lang
Guion: Charles
Brackett, Billy Wilder, Richard L. Breen
Montaje: Doane Harrison
Música:
Friedrich Hollaender
Actores: Jean Arthur, Marlene Dietrich, John Kund, Millard Mitchell, Peter
von Zerneck, Stanley Prager
Plataforma: Filmin
(1948; 116’; **; 13)