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Por fin veo la primera película de Truffaut, uno de mis directores favoritos, sobre todo cuando yo era joven. Hace casi cuarenta años que falleció y eso hace que ya no se emitan en televisión tantas películas como en vida de él, pero esta plataforma me ha permitido ver cuatro en los dos últimos años y, si no he visto más, es porque no he querido. En cualquier caso, este título no ha sido casual, sino que coincide con que esta es la crónica número cuatrocientos de este blog y, además, la última.
Hace más de seis años que lo inicié y creo que ya es hora
de dejar de dar la paliza, aunque seguiré colgando los carteles de las
películas o series (cada vez menos) que vea con la puntuación de estrellas,
porque me servirá de recordatorio de lo que he visto.
En este primer largometraje Truffaut hace de Léaud su alter
ego y plasma aspectos de su propia vida en el personaje. El actor, de
catorce años, está estupendo en su papel de mal estudiante, obediente con la
tarea de bajar la basura de casa, pero desobediente con sus padres; interesado en
la lectura y el cine, pero nadie en su círculo lo sabe ni le orienta; es un
pequeño sinvergüenza, pero la sociedad lo termina tratando como si fuera un
maleante. Truffaut homenajea a París con la escena inicial de la torre Eiffel y
con las muchas escenas de calles a lo largo de la película. Imperdible.
En los ocho meses de este año no he visto, a mi parecer, ninguna película o serie que me haya parecido mala, todo un éxito, pero hasta aquí hemos llegado. Se han quedado en el tintero series que había visto (más de una vez) antes de iniciar el blog y que no he vuelto a ver como Shogun o Retorno a Brideshead (en la que aparece un estupendo Irons) y por eso me despido con ellas, pues también son imperdibles.
Dirección: Francois Truffaut
Fotografía:
Henri Decaë
Guion: Francois Truffaut, Marcel Moussy
Montaje: Marie-Josèphe Yoyotte
Música:
Jean Constantin
Actores: Jean-Pierre Léaud, Claire
Maurier, Albert Rémy, Guy Decomble, Georges Flamant
Plataforma: Filmin
(1959; 92’; ***; 39)
Por poco bien que esté una película de juicios me apetece verla, pues es como un juego de inteligencia a ver quién lo hace mejor, y esta no es una excepción, sino que, incluso, está por encima de la media, a pesar de que está basada en hechos reales.
Y ahí aparece el pero que le quita la tercera estrella y que me parece una tomadura de pelo: la mujer del cartel aparece en la mitad del metraje de la película, cuando no más, y al final de la misma unos rótulos aclaran que es un personaje ficticio. Entonces alguien, o un equipo, hizo el trabajo que ella realiza en la ficción ¿y por qué no se representa así?, ¿por qué se nos hace creer que hubo una persona que luchó por algo que no es cierto? No estamos hablando de añadir unas imágenes o frases, es decir, dar contenido que no es posible conocer, sino de un personaje que ocupa la mitad del tiempo de la película. Me parece un grave error de planteamiento y una estafa hacia el espectador que ve la película de una manera que no es cierta, dado que está basada en hechos reales.
Dicho esto, un pequeño resumen de la cinta: un hombre
acusado del asesinato de su mujer es declarado inocente, pero el fiscal recurre.
La mujer del cartel cree en el acusado e intenta que el abogado, que también
aparece en el cartel, lo defienda y este, a su vez, le encarga a ella que le
ayude en el caso, pues demuestra tener un profundo conocimiento de lo sucedido.
Dirección: Antoine Raimbault
Fotografía:
Pierre Cottereau
Guion: Karim Dridi, Isabelle Lazard, Antoine Raimbault
Montaje: Hean-Baptiste Beaudoin
Música:
Gregoire Auger
Actores: Marina Foïs, Olivier
Gourmet, Laurent Lucas, Jean Benguigui, Philippe Uchan, François Fehner
Plataforma: Filmin
(2018; 110’; **; 38)
Conocía de nombre a los protagonistas de esta película, pero no recuerdo haber visto alguna de ellos, así que me pareció bien la sugerencia de Marisol. La película fue un éxito y la pareja repitió, aunque hoy en día puede parecer una novela de Agata Christie llevada a la comedia, a pesar de que es de Dashiell Hammett.
¿Y por qué he dicho la anterior? Pues porque Powell y Loy
es un matrimonio que está de vacaciones y se ven envueltos en una serie de
muertes y, como él había sido detective y a ella le va lo de investigar,
terminan haciendo una cena en su casa invitando a todos los que pudieran ser el
asesino.
La pareja destila química entre ellos; él bebe como para
resarcirse de los trece años que no pudo hacerlo legalmente (y que había
vencido en diciembre del año anterior); los vestidos de ella probablemente se
considerarían muy atrevidos hoy en día; y estuvo nominada a cuatro Oscar, entre
ellos el de mejor película ¡ahí queda eso!
Dirección: W.S. Van Dyke
Fotografía:
James W. Howe
Guion: Albert Hackett, Frances Goodrich
Montaje: Robert Kern
Música: William Axt
Actores: William Powell, Myrna
Loy, Maureen O’Sullivan, Mat Pendleton, Minna Gombell, Porter Hall
Plataforma: Filmin
(1934; 91’; **; 37)