(9, 10, 14)
Por fin veo la primera película de Truffaut, uno de mis directores favoritos, sobre todo cuando yo era joven. Hace casi cuarenta años que falleció y eso hace que ya no se emitan en televisión tantas películas como en vida de él, pero esta plataforma me ha permitido ver cuatro en los dos últimos años y, si no he visto más, es porque no he querido. En cualquier caso, este título no ha sido casual, sino que coincide con que esta es la crónica número cuatrocientos de este blog y, además, la última.
Hace más de seis años que lo inicié y creo que ya es hora
de dejar de dar la paliza, aunque seguiré colgando los carteles de las
películas o series (cada vez menos) que vea con la puntuación de estrellas,
porque me servirá de recordatorio de lo que he visto.
En este primer largometraje Truffaut hace de Léaud su alter
ego y plasma aspectos de su propia vida en el personaje. El actor, de
catorce años, está estupendo en su papel de mal estudiante, obediente con la
tarea de bajar la basura de casa, pero desobediente con sus padres; interesado en
la lectura y el cine, pero nadie en su círculo lo sabe ni le orienta; es un
pequeño sinvergüenza, pero la sociedad lo termina tratando como si fuera un
maleante. Truffaut homenajea a París con la escena inicial de la torre Eiffel y
con las muchas escenas de calles a lo largo de la película. Imperdible.
En los ocho meses de este año no he visto, a mi parecer, ninguna película o serie que me haya parecido mala, todo un éxito, pero hasta aquí hemos llegado. Se han quedado en el tintero series que había visto (más de una vez) antes de iniciar el blog y que no he vuelto a ver como Shogun o Retorno a Brideshead (en la que aparece un estupendo Irons) y por eso me despido con ellas, pues también son imperdibles.
Dirección: Francois Truffaut
Fotografía:
Henri Decaë
Guion: Francois Truffaut, Marcel Moussy
Montaje: Marie-Josèphe Yoyotte
Música:
Jean Constantin
Actores: Jean-Pierre Léaud, Claire
Maurier, Albert Rémy, Guy Decomble, Georges Flamant
Plataforma: Filmin
(1959; 92’; ***; 39)
Por poco bien que esté una película de juicios me apetece verla, pues es como un juego de inteligencia a ver quién lo hace mejor, y esta no es una excepción, sino que, incluso, está por encima de la media, a pesar de que está basada en hechos reales.
Y ahí aparece el pero que le quita la tercera estrella y que me parece una tomadura de pelo: la mujer del cartel aparece en la mitad del metraje de la película, cuando no más, y al final de la misma unos rótulos aclaran que es un personaje ficticio. Entonces alguien, o un equipo, hizo el trabajo que ella realiza en la ficción ¿y por qué no se representa así?, ¿por qué se nos hace creer que hubo una persona que luchó por algo que no es cierto? No estamos hablando de añadir unas imágenes o frases, es decir, dar contenido que no es posible conocer, sino de un personaje que ocupa la mitad del tiempo de la película. Me parece un grave error de planteamiento y una estafa hacia el espectador que ve la película de una manera que no es cierta, dado que está basada en hechos reales.
Dicho esto, un pequeño resumen de la cinta: un hombre
acusado del asesinato de su mujer es declarado inocente, pero el fiscal recurre.
La mujer del cartel cree en el acusado e intenta que el abogado, que también
aparece en el cartel, lo defienda y este, a su vez, le encarga a ella que le
ayude en el caso, pues demuestra tener un profundo conocimiento de lo sucedido.
Dirección: Antoine Raimbault
Fotografía:
Pierre Cottereau
Guion: Karim Dridi, Isabelle Lazard, Antoine Raimbault
Montaje: Hean-Baptiste Beaudoin
Música:
Gregoire Auger
Actores: Marina Foïs, Olivier
Gourmet, Laurent Lucas, Jean Benguigui, Philippe Uchan, François Fehner
Plataforma: Filmin
(2018; 110’; **; 38)
Conocía de nombre a los protagonistas de esta película, pero no recuerdo haber visto alguna de ellos, así que me pareció bien la sugerencia de Marisol. La película fue un éxito y la pareja repitió, aunque hoy en día puede parecer una novela de Agata Christie llevada a la comedia, a pesar de que es de Dashiell Hammett.
¿Y por qué he dicho la anterior? Pues porque Powell y Loy
es un matrimonio que está de vacaciones y se ven envueltos en una serie de
muertes y, como él había sido detective y a ella le va lo de investigar,
terminan haciendo una cena en su casa invitando a todos los que pudieran ser el
asesino.
La pareja destila química entre ellos; él bebe como para
resarcirse de los trece años que no pudo hacerlo legalmente (y que había
vencido en diciembre del año anterior); los vestidos de ella probablemente se
considerarían muy atrevidos hoy en día; y estuvo nominada a cuatro Oscar, entre
ellos el de mejor película ¡ahí queda eso!
Dirección: W.S. Van Dyke
Fotografía:
James W. Howe
Guion: Albert Hackett, Frances Goodrich
Montaje: Robert Kern
Música: William Axt
Actores: William Powell, Myrna
Loy, Maureen O’Sullivan, Mat Pendleton, Minna Gombell, Porter Hall
Plataforma: Filmin
(1934; 91’; **; 37)
Por un anuncio de esta película en La 2, que me pareció que podía estar bien, vimos esta película y la producción me pareció realmente buena, pues presenta un Madrid de los años cincuenta con todo lujo de detalles, desde el vestuario hasta las decenas de coches que aparecen y la historia no está mal tramada. Y a ella vamos.
Perón está exiliado en Panamá y desea residir en España,
por lo que uno de sus ayudantes considera que será necesario disponer de dinero
y se le ocurre empeñar las joyas de Evita en una joyería madrileña. Hasta ahí,
todo bien. Lo que no ha tenido en cuenta es que doña Carmen Polo (para los que
no lleguen al medio centenar de años: “de Franco”) verá las joyas y se
encaprichará de ellas, por lo que habrá que impedir que salgan de la joyería y
sea conocido su plan de financiación. De la operación rescate se encargarán dos
peronistas, pero nuevamente el destino aparecerá cuando nadie se lo espera.
Entretenida.
Dirección: Eduard Cortés
Fotografía:
David Omedes
Guion: Eduard Cortés, Pedro Costa, Piti Español, Marcelo Figueras
Montaje: Fernando Pardo
Música:
Federico Jusid
Actores: Guillermo Francella,
Oscar Jaenada, Amaia Salamanca, Nicolás Cabré, Jordi Martínez
Plataforma: La 2
(2012; 111’; **; 36)
Para los que tienen prisa para ir a verla y no leerán más que las primeras líneas: esta película es belga, por lo que su idioma es el belga y De la Torre habla en francés, por consiguiente: v.o.s.e.
Como el mencionado actor es uno de los que nos gustan
fuimos a verla al día siguiente del multitudinario estreno (seis espectadores
en el Boliche, ¿hasta cuándo aguantarán las salas?) y la taquillera tuvo a bien
informarnos de lo que he anunciado en la primera línea (para que no abandonáramos
la sala cuando nos diéramos cuenta), pero es lo suficientemente buena hasta
para verla en v.o.
De la Torre interpreta a un conductor de Metro y, nada
más comienza su jornada y la película, un joven se tira a los pies del tren que conduce. A partir de ese momento nos iremos enterando, poco a poco, de las
circunstancias de estos dos personajes y del porqué la policía, a pesar de que
el conductor no ha tenido ninguna culpa en el accidente, se propone vigilarlo. La historia no permite ser mucho más explícito, para no desvelar la
trama, así que afloja nueve euros y ve a verla.
Dirección: Giordano Gederlini
Fotografía: Christophe Nuyens
Guion: Giordano Gederlini
Montaje: Nicolas Desmaison
Música: Laurent
Garnier
Actores: Antonio de la Torre,
Marine Vatch, Olivier Gourmet, Fabrice Adde, Nessbeal, Lila Jonas
Plataforma: cine
(2022; 100’; ***; 35)
Vimos las primeras temporadas antes de 2016, pues no aparece en este blog que comencé a escribir ese año y fue de las primeras series que veíamos de países nórdicos y nos sorprendió mucho la diferente manera de la relación de los políticos con la prensa, principalmente, así como la noche electoral, que es el primer capítulo de la primera temporada.
En esta temporada, realmente han pasado nueve años desde
entonces aunque no sé cuantos en la ficción, la actriz del cartel ya no es
primera ministra, sino ministra de exteriores, se ha divorciado de su marido y
sus hijos ya no son unos críos y su hijo, concretamente, tiene unas opiniones personales
que lleva a la práctica con las que no todo el mundo está de acuerdo. Asimismo,
la anterior asesora de imagen de la protagonista ya no es tan solo una
periodista sino la jefa de las noticias del canal estatal.
Entretenida serie donde los guionistas se esfuerzan en
llevar a la protagonista a situaciones de las que es muy difícil salir y que,
indirectamente, nos enseñan cuestiones nórdicas que en nuestra latitud podemos desconocer,
como podría ser la situación de Groenlandia dentro de Noruega, que es protagonista
indiscutible de esta temporada.
Dirección: Per Fly, Mogens Hagedorn, Dagur Kári
Fotografía: Eric Kress, Henrik
Kristensen
Guion: Adam Price, Emilie Lebech Kaae
Montaje: Lars Therkelsen, Andri Steinn Gudjónsson, Kasper Leick
Música:
August Fenger
Actores: Sidse Babett Knudsen,
Birgitte Hjort Sorensen, Soren Mailing, Lisbeth Wulff, Freja Riemann
Plataforma: Netflix
(2022; 8 x 58’; **; 34)
La he visto hace una semana, pero no recuerdo el porqué
le dije a Marisol que la buscara: si fue porque en La Cultureta hablaron
de ella o, cosa que dudo, se menciona en La casa de los veinte mil libros,
que estoy leyendo. En cualquier caso, no la había visto y me apetecía mucho.
Esta es una de esas películas en las que, sin ser una superproducción
porque el escenario es una sala de juicio aunque hay exteriores, aparecen actores
importantes en un pequeño papel, como es el caso de Judy Garland y Montgomery Clift,
que ni siquiera han cabido en mi humilde marquesina, y podría ser el de
Dietrich y Lancaster. Este último no puede estar más impertérrito a lo largo de
la película, salvo en una escena; y a ella siempre la veo en torno a la música
y, en concreto, de Lili Marleen. Fue nominada a once Oscar, entre ellos
a tres actores y a Judy Garland, y ganó el guion y el mejor actor fue para
Schell.
Tracy es un juez de distrito norteamericano retirado que
ha sido elegido para juzgar a cuatro jueces que acataron las leyes nazis, por
lo que condenaron, en muchos casos, a la muerte a cientos de personas. El más
importante de estos cuatro es un jurista que estaba muy bien considerado en el
mundo entero. El juez es el presidente del tribunal y, antes de dictar
sentencia, tiene que luchar en el juicio con las interrupciones que el fiscal y
el abogado defensor hacen cuando tiene el turno de palabra el otro y, fuera de
la sala, con las presiones que recibe para que la sentencia sea lo menos dura
posible, pues ahora la nación alemana está al lado de Norteamérica y enfrentada
al comunismo.
“–Yo no
sabía que iban a matar a seis millones de personas. –Esos asesinatos comenzaron con la primera
sentencia de muerte injusta que Vd, firmó.”
Dirección: Stanley Kramer
Fotografía:
Ernest Laszlo
Guion: Abby Mann
Montaje: Frederic Knudtson
Música:
Ernest Gold
Actores: Spencer Tracy, Burt Lancaster, Richard
Widmark, Marlene Dietrich, Maximilian Schell
Plataforma: Filmin
(1961; 179’; **; 33)
Navegamos por esta plataforma y vemos que, de Novela de ajedrez de Zweig, se ha hecho otra versión, mucho más moderna y nada desdeñable, aunque he de reconocer, que se me escaparon un par de detalles del final por lo que no llegué a entenderlo bien. A Marisol no le pasó lo mismo y me lo pudo aclarar. Si a alguien le pasa algo similar… Marisol domina los finales de ajedrez como Capablanca.
Al protagonista, notario vienés, la ocupación de Austria
por los nazis le obliga a hacer las maletas acuciado por un amigo que le dice
que van a ir a detenerlo, pero no le da tiempo de hacerlas y es detenido, tal y
como le había advertido. A pesar de que los nazis emplean la fuerza para
conseguir sus objetivos de las personas que detienen, a él se le aplica “el
tratamiento especial”: alojado en una de las habitaciones de un buen hotel
austriaco no tiene con quien hablar, nada que hacer, ni con qué entretenerse. A
pesar del fuerte carácter que tiene los nazis esperan que el deseo de escapar
de esa prisión intelectual haga que les dé la información que le han solicitado.
Tienen tiempo.
Dirección: Philipp Stölzl
Fotografía:
Thomas W. Kiennast
Guion: Eldar Grigorian
Montaje: Sven Budelmann
Música:
Ingo Frenzel
Actores: Oliver Masucci, Birgit
Minichmayr, Albrecht Schuch, Samuel Finzi, Elias Gabele
Plataforma: Filmin
(2021; 110’; **; 32)
No sé cuántas decenas de años hacía que vi esta película (¿por primera o segunda vez?), pero el recuerdo de Masina es inolvidable además de entrañable. Sus miradas y las expresiones de su rostro son la mitad de la película, la otra mitad se la tienen que repartir, con todo mérito, el director y guionista y los dos actores, pues todos ellos están muy bien pero, insisto, los ojos de Masina son un regalo para el espectador.
A duras penas me acordaba del principio de la historia,
que es muy triste (y eso es lo que recordaba Marisol), pero tenía muchas ganas
de verla desde hace algún tiempo y aproveché el impasse que se había
creado con la finalización de la serie anterior para colarla.
Masina tiene muchas hermanas que viven con su madre y Quinn necesita a alguien para que actúe con él como feriante, así que le da algún dinero a su madre y se la lleva de casa. Ella no sabe hacer nada, por lo que él tiene que enseñarle y nada mejor que aplicar el refrán de la letra con sangre entra, y así es como ella aprende a presentarlo con una buena entonación, a participar en banales escenas y a pasar la gorra para poder comer ese día. Quinn es un hombre salvaje que solo sabe trabajar para subsistir y Basehart es un volatinero, corto de entendederas pero con buen corazón, que siempre se burla de Quinn y este solo desea darle un guantazo.
Vale la pena verla aunque la historia que cuenta sea triste, pero el trabajo de todos es tan bueno que perdérselo sería más triste todavía.
Dirección: Federico Fellini
Fotografía:
Otello Martelli, Carlo Carlini
Guion: Federico Fellini, Tullio Pinelli
Montaje: Leo Catozzo
Música:
Nino Rota
Actores: Anthony Quinn,
Giuletta Masina, Richard Basehart, Aldo Silvani, Marcella Rovena
Plataforma: Filmin
(1954; 108’; ***; 31)
No sé si ya la he visto más de media docena de veces, pero siempre me gusta y la disfruto: me gusta su música; el follón del principio de la película en la que Truffaut, que hace de director, explica que él está para responder a todo lo que le preguntan; el remedo de Marilyn Monroe que hace Cortese; la cara y actitud de pánfilo que tiene Leaud y, sobre todo, el cine que puedes entrever y que no se cansan de enseñar en las tomas de la película que se está rodando.
Un solo párrafo, pero una enorme película para aquellos a los que les gusta el cine.
Dirección: François Truffaut
Fotografía:
Pierre-William Glenn
Guion: François Truffaut, Jean-Louis Richard, Suzzane Schiffman
Montaje: Martine Barraqué, Yann Dedet
Música: Georges
Delarue
Actores: Jacqueline Bisset,
Valentina Cortese, Dani, Alexandra Stewart, Jean-Pierre Aumont
Plataforma: Filmin
(1973; 116’; ***; 30)
En La Cultureta hablan muy bien de esta serie y le digo a Marisol de verla, aunque no sé si le hace mucha gracia, pero sí se la hace, pues no despega la vista del televisor durante la hora del primer episodio, porque engancha, aunque no te guste el baloncesto.
Los dos sujetos del cartel son los grandes protagonistas
de esta serie coral y están estupendos: el de la izquierda compra los Lakers
sin tener suficiente dinero cuando no era un equipo importante y quiere ganar
la liga de la NBA y, el de la derecha, es un jugador universitario que quiere
ser profesional después de haber ganado un torneo; es decir, los dos quieren conseguir
lo máximo, a pesar de ser unos novatos y completos desconocidos.
A su alrededor, grandes nombres de jugadores de los equipos de baloncesto norteamericanos, estrategias de cómo conseguir dinero para lograr aquello que no puedes y, entre otras cosas, cambiar este deporte hace cuarenta años.
Dirección: Salli Richardson-Whitfield
Fotografía: Todd Banhazi
Guion: Max Borenstein, Rodney Barnes
Montaje: Jessica Hernández, Max Koepke
Música: Nicholas Britell, Robert
Glasper
Actores: John C. Reilly, Quincy Isaiah, Jason
Clarke, Adrien Brody, Gaby Hoffmann, Tracy Letts
Plataforma: HBO
(2022; 10 x 59’; **; 29)
A la espera de que comenzara el único programa de televisión que vemos, Saber y ganar, apareció el anuncio de esta película para el lunes por la noche así que, cuando nos pusimos a cenar, media hora después de que hubiera comenzado, la empezamos a ver desde el principio (solo faltaría) y ya no pudimos despegar la mirada del televisor, pues donde no hay una caída de ojos de Davis, hay un gesto irónico de Ritter. Al margen de las catorce nominaciones a los Oscar y los seis que ganó está el hecho de que es la única película en la que las cuatro actrices estaban nominadas a tales premios.
Bette Davis hace de ella misma, una gran actriz de teatro
que sigue haciendo papeles de personaje más jóvenes que ella, y en su camino se
encuentra con una joven para la que lo único que cuenta en su vida es estar
junto a Davis, siendo contratada como ayudante. Poco a poco se va viendo que no
era lo único que le importaba al personaje de Anne Baxter (estupenda) y esto
creará tensiones dentro del reducido grupo de Davis. Una de las primeras
apariciones de Marilyn Monroe en la pantalla: muy preocupada por cómo conseguir
una copa. Una película inmensa que habla del teatro como profesión y del teatro
que más de uno hace en su día a día para sobrevivir. No basta con verla una
sola vez.
Dirección: Joseph L. Mankiewicz
Fotografía:
Milton R. Krasner
Guion: Joseph L. Mankiewicz
Montaje: Barbara McLean
Música:
Alfred Newman
Actores: Bette Davis, Anne Baxter, George Sanders,
Celeste Holm, Gary Merrill, Hugh Marlowe
Plataforma: La 2
(1950; 138’; ***; 28)
Lo que me llamó la atención del anuncio de esta película era el título de otra que aparece debajo del nombre del director y que, como nos gustó mucho, nos faltó tiempo para ir a verla al cine, que ya es algo excepcional (para nosotros y el resto de humanos: media docena en la sala).
El título no engaña: casi todo sucede bajo el sol. Roth
está con su familia disfrutando de unos días de vacaciones en Acapulco cuando
una llamada hace que estas se vean truncadas y tengan que volver corriendo a
Inglaterra, pero algo inesperado hace que él no pueda volver. Ahí comienza una
historia que va haciendo que el espectador se vaya desasosegando, pues Roth,
calzado con alpargatas y caminando indolentemente (como parece en el cartel),
ve pasar la vida ante sus ojos y lo más que hace es pestañear bajo el sol de
Acapulco.
Hay que decir, sin decir nada más, que esta película no
es Nuevo orden, pues allí no había que presuponer que podía pasar algo, pero
en esta, casi con Roth como protagonista único en pantalla, se construye una
historia, cuando menos, inquietante.
Dirección: Michel Franco
Fotografía:
Yves Cape
Guion: Michel Franco
Montaje: Oscar Figueroa Jara, Michel Franco
Música: Alejandro de Icaza, Niklas
Sharp
Actores: Tim Roth, Charlotte Gainsbourg, Iazua
Larios, Henry Goodman, Albertine K. McMilan
Plataforma: cine
(2021; 84’; **; 27)