Todo el mundo sabe que las señoras no tienen edad, y
menos las actrices de Hollywood, pero sumando las de las cuatro que encabezan
el cartel casi se alcanzan los tres siglos. ¿Y quién soy yo para decirlo si ya
hace más de una década que cumplí el medio siglo? Pues soy el que sabiendo que
la película no será buena, acepto el envite (en este caso en primera acepción,
no en segunda) de El País y voy a
verla por las viejas glorias y las muchas horas de placer que me dieron sus
buenas películas.
Cuatro amigas de noble edad se reúnen cada mes para que
una de ellas escoja un libro y lo lean las cuatro. El mes en que se inicia la
película se ha elegido Cincuenta sombras
de Grey. La lectura les trae a la mente ciertos recuerdos que estaban
adormidos: una está casada pero no es practicante, otra es viuda, otra
divorciada y la última me pareció que sólo había tenido amantes. Lo cierto es
que las sombras agitan las aguas y
donde solo había calma ahora hay marejadas.
Película hecha a medida de las cuatro actrices, que se
van alternando en la pantalla desarrollando sus personajes, con ligeros toques
de humor que no consiguen quitar de la cabeza lo estirada que está alguna (no
de carácter) y la cimbreante cadera de otra (en las pocas escenas que camina me
ponía los pelos de punta el pensar que se le podía partir en cualquier
momento).
Dirección: Bill Holderman Fotografía:
Andrew Dunn
Guion: Bill Holderman, Erin Simms
Montaje: Priscilla
Nedd-Friendly
Música: Peter Nashel
Actores: Diane Keaton, Jane
Fonda, Candice Bergen, Mary Steenburgen, Craig T. Nelson
(2018; 105’; *; 27)