Este año no hubo presentador: el primero iba a ser un
actor que no pudo por agenda, el segundo un afroamericano que se pasó con tuiteradas
y lo despacharon y para el tercer puesto no encontraron a nadie que quisiera
serlo; los guionistas contentos, pues se ahorraron un montón de folios. A
cambio, las presentaciones de los premios fueron hechas por parejas de
americanos de origen africano y/o por asiáticos, por parejas de mujeres y así,
de esta forma, se cubrieron todas las cuotas posibles de marginados y se empoderaron
(¡vaya verbo, y está en el diccionario!) dichas minorías. ¡Patético! Ahora no
se trata de dar espectáculo, sino de cubrirse las espaldas (o el bajo de las
mismas). Lo dejo aquí… hasta que llegue a los premios. El escenario no tan
impresionante como otros años: algunos miles de cristales que sobraron del
pasado año y unas ondas en el frontispicio simulando la época del modernismo.
Para terminar de arreglarlo la retransmisión desde
Madrid: hecha para los que no les gusta el cine. Se habló poco de cine y mucho
de los comentarios y tendencias de Twitter (como si fuesen decisivos), de la moda
(todo estaba bien, pues entonces no hace falta hablar de ello); el tonto de
turno era un guionista gallego que estuvo bastante callado (menos mal) y que lo
mejor que hizo fue enseñar el guion de la gala. Penoso.
Y los Oscar se fueron yendo para:
· Mejor película: Green book, comedia amable basada en hechos reales que narra el
encuentro entre un pianista negro y su conductor italiano. Vista cien veces en
el pasado, pero así cubrimos la cuota de la negritud y no le damos más Oscar a Roma, ni ensalzamos a La favorita o El vicio del poder, la primera por atentar contra las buenas costumbres
y la segunda por enseñar lo que sucede entre las bambalinas del poder del
estado más poderoso del mundo.
· Mejor director: Alfonso Cuarón por su
neorrealista película mexicana: Roma.
Desde que Trump amenazó con que haría desaparecer México lo que ha logrado es
que vayan allí cinco de los seis últimos premios de esta categoría.
· Mejor actor: Rami Malek (egipcio), por su
notable interpretación de Freddie Mercury (yo prefería a Christian Bale, pero
es blanco blanco).
· Mejor actriz: Olivia Colman, insuperable como
reina de La favorita. A pesar de
dirigir un mal discurso al auditorio, hizo reír por su espontaneidad. Glenn
Close se queda sin premio con siete nominaciones. Este año sustituía a Meryl
Streep.
· Mejor actor de reparto: segundo Oscar para Mahershala
Ali, elegantísimo de modales como pianista y, aunque no toca, dando toda la
sensación de hacerlo. Había un blanco que no lo hizo mal como Bush, pero este
año no tocaba.
· Mejor actriz de reparto: Regina King (no he
visto El blues de Beale Street, pero
transcurre en un barrio de descendientes de africanos). Emma Stone y Rachel Weisz
(La favorita) o Amy Adams (El vicio del poder) eran demasiado
blancas y Marina de Tavira (Roma,
demasiado aborigen). He visto estas cuatro actuaciones y, sin menospreciar a la
de King, cualquiera de ellas se merecía el premio.
· Mejor guion original: Roma, de Cuarón. Merecido.
· Mejor guion adaptado: Infiltrado en el KKKlan, de Spike Lee. Negro que habla de ataques a
negros (solo lo apunto) pero merecido, pues la película es sorprendente, aunque
densa y el que no quiera darse cuenta en qué porquería de mundo vivimos que se
vaya diez minutos antes del final, pues la película se ha acabado y Lee nos da
un porrazo mostrándonos la realidad. El discurso más incorrecto de la noche,
pero necesario. Y lo digo aunque sea negro, pues no es el color de la piel lo
que me ha molestado de la ceremonia, sino la manera torticera de la Academia de
soslayar la situación real.
· Mejor película de habla no inglesa: Roma. También me gustó mucho la
japonesa.
· Mejor fotografía: Alfonso Cuarón, que se lleva
el tercero de la noche y es el primer director que gana este premio.
· Mejor banda sonora: Ludwig Göransson, por Black panther, que se lleva tres y no
traduzo.
·· Mejor diseño de producción: Black panther. He visto La
favorita y Roma y, siendo las dos
muy buenas, prefiero la de esta última. Insisto en no traducir el título.
Mejor vestuario: Black panther. No insisto porque solo he visto una nominada.
En fin, solo veo negrura en lontananza, y no me
refiero a la raza, sino al futuro del cine en general y de esta pantomima en
particular.
(2019;
3h15’; **; 6)