sábado, 26 de septiembre de 2020

ALL THAT JAZZ

Y tal como dije en la crónica anterior, seguimos con esta película, a pesar de la hora que era, pero estaba claro que ninguno de los dos queríamos dejar de seguir viendo a aquella extraordinaria pareja y no hay película mejor que esta, máxime cuando la que fue la última pareja de Fosse aparece ella misma en ese papel.

Fosse se retrata a sí mismo en una pirueta tragicómica: desde sus inicios en shows de mala muerte, hasta el rodaje de Lenny junto con un musical que, al parecer de los productores termina destrozando al igual que su vida, pues sufre un ataque al corazón que lo lleva a la mesa de operaciones. El número final, largo y apoteósico, resume lo que pudo ser su vida: se la jugó diariamente a costa de fumar, beber, drogarse y tener sexo y todo ello sin dejar de trabajar y trabajar y buscando siempre la perfección, llegando a conseguir el Oscar, el Tony y el Emmy el mismo año con tres producciones distintas.

La película tiene unas interpretaciones estupendas, con Roy Scheider en el papel de Joe Gideon, alter ego de Bob Fosse más joven que en la serie anterior, una música pegadiza y, por supuesto, la coreografía tan singular del director de la película, que estuvo nominada a nueve Oscar y ganó cuatro.





Dirección: Bob Fosse

Fotografía: Guiseppe Rotunno

Guion: Robert A. Aurthur, Bob Fosse

Montaje: Alan Heim

Música: Ralph Burns

Actores: Roy Scheider, Jessica Lange, Ann Reinking, Leland Palmer, Cliff Gorman, Ben Vereen

(1979; 123’; ***; 42)



domingo, 20 de septiembre de 2020

FOSSE / VERDON

En La Cultureta hablaron hace unos meses de la serie que produjo la hija de Natalie Wood sobre la vida de su madre y que, comparada con la que da título a este comentario, no valía mucho (una anécdota de la serie sobre Wood: Mia Farrow dice textualmente de la actriz, que murió ahogada, que “era insumergible”).

Volvamos a lo que hemos visto en HBO y, enormemente, disfrutado: Fosse y Verdon fueron una pareja en la vida real y en el mundo del espectáculo: dos monstruos de la escena, del cine, del baile y de la coreografía, y no se puede llegar a tener ese apelativo si no eres egoísta, ególatra, perfeccionista y unas cuantas cosas más que, a los que solo nos conoce nuestra madre, no tenemos… ni falta que nos hace. Con ello quiero decir que la persona de Fosse es odiosa, despreciable por cómo trata a las mujeres (no me vale que era otra época, pues también la vivieron otros hombres y no fue este su comportamiento); pero, en cambio, el personaje de Fosse, es decir, el profesional que busca la perfección y que puede hacer repetir un baile hasta el agotamiento del espectador, encandila a este por lo que termina consiguiendo.

Verdon, a la sombra de él, pero con ideas propias, brilló en los musicales de los años cincuenta consiguiendo cuatro premios Tony, con cuatro obras distintas y en el plazo de seis años. La dependencia del uno respecto del otro, en el caso de Verdon de Fosse como coreógrafo; pero de él por sus inseguridades y buenos consejos que ella le da, quedan muy bien reflejados en la serie y los actores que los representan transmiten exactamente sus peculiares personalidades. A destacar el último ensayo que aparece en pantalla, de una escasa duración de tres minutos, en el que se transmite todo el conocimiento y cariño de pareja que tuvieron entre ellos y la enorme profesionalidad que muestran.

La serie la aconsejo para aquellos a los que les puede gustar las biografías, los musicales, el baile, Bob Fosse como director de cine o coreógrafo, Gwen Verdon como bailarina y como mujer que tenía su valía, pero que estaba al lado de alguien muy reconocido. Digo esto porque hay momentos en los que no pasa nada y, si no estás imbuido por la historia, si no te gustaría estar allí en medio, te puede llegar a aburrir; pero si puedes soportar el ritmo estresante seguido de la cocción de unos espaguetis, la serie es espectacular, con buenas actuaciones, largos y detallados ensayos y escenas de los musicales o las películas. Marisol y yo la hemos disfrutado muchísimo y veíamos dos episodios cada noche por lo interesados que estábamos. Cuando acaba solo deseas ver más… que es lo que hicimos nosotros.






Dirección: Thomas Kail, Adam Berstein

Fotografía: Tim Ives

Guion: Thomas Kail, Steven Levenson, Sam Wasson, Joel Fields

Montaje: Tim Streeto, Erica F. Marker

Música: Nathan Barr, Alex Lacamoire

Actores: Sam Rockwell, Michelle Williams, Norbert L. Butz, Aya Cash, Margaret Qualley, Jake Lacy

(2019; 8 x 52’; ***; 41)



sábado, 19 de septiembre de 2020

VERGUENZA

Eso es lo que deberían sentir los guionistas de la tercera temporada de esta serie: hemos visto dos o tres capítulos y dijimos que ya habíamos perdido suficiente tiempo. Dicho esto, que es lo malo, vayamos a lo bueno: las dos primeras temporadas te ponen de los nervios debido a lo vergonzosas y vergonzantes situaciones en las que se coloca la pareja protagonista de la serie, con mención especial al miembro masculino, pues no tiene parangón ni límite. Nos lo pasamos muy bien viendo hasta dónde se puede llegar por mantener su postura haciendo creer a los demás que no ha dicho/hecho lo que hemos oído/visto.

Las historias de las dos primeras temporadas están bien y las actuaciones soportan correctamente las situaciones en las que se encuentran los personajes, a pesar de que, realmente, serían para desear que la tierra te tragara. Quiero mencionar que Javier Gutiérrez, que está bien, a pesar de que se lleva las situaciones más bochornosas, repite personaje, pues es calcado al de la película Campeones, lo que ni siendo bueno ni malo, es como haberse encasillado, no siendo esta serie una continuación de la película. Resumiendo, hay que ver las dos primeras temporadas.





Dirección: Juan Cavestany, Alvaro Fernández Armero

Fotografía: Aítor Manchola, David Azcano

Guion: Juan Cavestany, Alvaro Fernández Armero

Montaje: Raúl de Torres

Música: Miguel Malla, Aaron Rux

Actores: Javier Gutiérrez, Malena Alterio, Miguel Rellán, Lola Casamayor, Vito Sanz, Jorge Cabrera

(2017 - 2020; 23 x 30’; **; 39)



domingo, 13 de septiembre de 2020

THE WIRE

El confinamiento nos ha hecho rebuscar donde, durante años, no lo hemos hecho y es en el capítulo de las series, lo que no quiere decir que no hayamos visto algunas, pero no era nuestra fuente de diversión mayoritariamente, y menos las más conocidas o de mayor duración. Esta en concreto, me dice Marisol que la empezamos a ver cuando se estrenó, pero como la emitían un día a la semana dejamos de verla. Bien, ahora ha sido su momento y hemos visto las cinco temporadas en HBO.

La serie está muy bien, esto para comenzar; las cinco temporadas tienen un tema principal distinto entre ellas, aunque los protagonistas pertenecen al cuerpo de policía de Baltimore y el trasfondo son las drogas y los que las venden los negros menos favorecidos. En la primera temporada se trata de presentar cómo la policía intercepta las llamadas telefónicas y lo que hacen las bandas distribuidoras para impedir que puedan conocer sus intenciones; en otra temporada se trata la corrupción en el puerto; en otra más la educación; me falta una, pero la última trata del periodismo.

En cualquier caso, los temas están desarrollados con detalle, manteniendo el interés del espectador por el asunto en cuestión y el devenir de los personajes; aunque, si no estoy equivocado, en la tercera temporada me pareció que estos últimos desaparecían de la pantalla durante unos episodios y los temas estaban más deslavazados, pero se recondujo en la cuarta y quinta temporadas y, aunque no parecen tan interesantes como las dos primeras, el hecho de que el tema central sea diferente vuelve a captar la atención del espectador.

A remarcar las actuaciones de toda la chiquillería negra, y no tan chiquillería; me sorprende cómo se puede estar tan metido en el papel sobrepasando apenas el metro de altura. En resumen, una muy buena serie y una lamentable nueva ocasión de comprobar cómo funciona la sociedad, en este caso, norteamericana, pero en todas partes cuecen habas y en mi casa a calderadas.





Dirección: Joe Chappelle, Ernest R. Dickerson

Fotografía: Uta Briesewitz, Russell L. Fine

Guion: David Simon, Ed Burns, Joy Kecken, Rafael Alvarez, William F. Zorzi, Chris Collins

Montaje: Kate Sanford, Thom Zimny , Alex Hall

Música: Blake Leyh, Neville Brothers, Wilco

Actores: Dominci West, John Doman, Deirdre Lovejoy, Wendell Pierce, Lance Reddick, Sonja Sohn

(2002 - 2008; 62 x 58’; ***; 38)



sábado, 12 de septiembre de 2020

LA MAGIA DEL SONIDO EN EL CINE

Escucho en el podcast de La Cultureta que en Movistar se emite el documental Making waves, que traducido al castellano es el título que aparece más arriba, y lo ponen tan bien que tardo poco en convencer a Marisol para que lo veamos. A ella no le gustó tanto como a mí, que me pareció muy bueno, pero a cualquiera que le guste el cine, y tenga curiosidad en ver cómo se hace, este documental es muy instructivo y entretenido.

Creo que no hace falta hablar mucho más de él, en el sentido de que en el título se encuentra todo el contenido de lo que trata, pero por si sirve de anzuelo quiero explicar una de las muchas cosas que allí aparecen y que yo desconocía: el cine empezó siendo mudo, pasó a sonoro y se utilizaba una pista, luego fue estéreo y ya fueron dos las pistas que se usaban; el técnico de sonido que aparece en ese momento explica que en la última película que ha participado han utilizado ¡ochenta pistas! Espero que piquéis muchos y os lo paséis tan bien como yo.





Dirección: Midge Costin

Fotografía: Sandra Chandler

Guion: Bobette Buster

Montaje: David J. Turner

Música: Allyson Newman

Actores: George Lucas, Steven Spielberg, David Lynch, Barbra Streisand, Ang Lee, Erik Aadahl, Ioan Allen

(2019; 94’; ***; 37)



domingo, 6 de septiembre de 2020

UNO, DOS, TRES

Marisol, cuando acabó la película anterior, iba viendo recomendaciones y, para suerte/desgracia nuestra encontró esta y ¿quién puede levantarse e irse, ante esta pieza de relojería? Ya hacía muchos años que no la habíamos vuelto a ver, pero es una película difícil de olvidar y fácil de visionar pues, cuando no es la imagen la que arranca una sonrisa, es un ingenioso diálogo el que lo consigue; y así, secuencia tras secuencia, no hay descanso a la vez que no hay cansancio. James Cagney está magnífico y no abandona ni un solo minuto la pantalla.

El protagonista es el director de Coca-Cola en Berlín, cuando aún no había muro, y está esperando una llamada que le confirme el ascenso para Londres y la recibe… pero es para indicarle que la hija de su jefe llega mañana a Berlín y a de cuidar de ella. Esta es una muchacha de dieciocho años, con la cabeza llena de pájaros, que lleva locos a sus padres. El director, que tenía programada una salida con su mujer e hijos, al principio se niega, pero luego ve que esta es su gran oportunidad, pero las cosas ni serán coser y cantar, como él cree, ni mucho menos resultarán tan a su favor. No obstante, al sonido del chasquido de sus dedos y del uno, dos, tres, que indican los cometidos de sus subalternos todo se irá enderezando.

Deliciosa comedia que no tuvo el éxito esperado ni merecido porque poco antes de su estreno se construyó el muro que separaba Berlín oriental del occidental, con lo que el tema de la película hería sentimientos muy recientes. Ahora que ya no existe dicho muro, aunque haya quien no aprenda de la historia y pretenda levantar otro, esta película muestra que la buena comedia es un edificio que perdura ante muros más recios, pero arrogantes e intransigentes. El tiempo es un gran juez.



 




Dirección: Billy Wilder

Fotografía: Daniel L. Fapp

Guion: Billy Wilder, I.A.L. Diamond

Montaje: Daniel Mandell

Música: André Previn

Actores: James Cagney, Hosrst Buchholz, Pamela Tiffin, Arlene Francis, Howard St. John, Hanns Lothar

(1961; 115’; ***; 36)



sábado, 5 de septiembre de 2020

PEQUEÑAS MENTIRAS SIN IMPORTANCIA

Esta fue la película que empezamos a ver en el día anterior a que Mari marchase y, como ya habíamos visto una (es decir, eran las tantas de la mañana), dejamos el resto, que era mucho, para el día siguiente. Esta película la descubrí hace unos años en una proyección al aire libre y, me gustó tanto, que me la compré. La vimos con Anna y Marisol y la hemos vuelto en alguna otra ocasión, por lo que, creo, queda claro que me gusta mucho.

Un grupo de amigos, en la década de los treinta años, algunos con hijos, otros con pareja o solteros, se reúnen desde hace años en la casa del que está mejor situado y que disfruta invitándolos a todos y a todo, pero le gusta decirlo y, además, no quiere dejar nada fuera de control, lo que hace la vida a los demás un tanto rígida. En esta ocasión, la circunstancia particular de un amigo que no puede ir y la declaración del sentimiento de otro, hará que las vacaciones sean del todo singulares y más complejas entre ellos.

Las formas de ser de tantos personajes y sus situaciones concretas hacen que el espectador vea reflejada a una gran parte de la sociedad de esa franja de edad y la película, a pesar de su duración, se hace entretenida por la diversidad de los problemas a los que se enfrentan. Como ya he dicho, la he visto tantas veces que, a pesar de que siempre me ha gustado mucho, esta vez me pareció menos interesante que todas las otras veces, pero no por ello considero que no sea una muy buena película y que pueda aconsejarla tranquilamente. La continuación, de nombre similar, y que ya reflejé en una crónica anterior, no es tan buena y, sobre todo, ininteligible si no se ha visto esta, así que hay que poner el hilo a la aguja y disfrutarla. Resalto al montador (tercera película seguida que vemos de él) y a Valérie Bonneton, actriz que no me cabe en la línea del reparto y que, entre todas las buenas actuaciones de los integrantes del reparto pone unas caras muy expresivas y simpáticas.





Dirección: Guillaume Canet

Fotografía: Christophe Offenstein

Guion: Guillaume Canet

Montaje: Hervé de Luze

Música: Emmanuel Ferrier

Actores: François Cluzet, Marion Cotillard, Benoît Magimel, Gilles Lellouch, Jean Dujardin

(2010; 154’; ***; 35)